Teletón

  • Proyecto: Concurso nacional de prototipos de arquitectura para centros de Rehabilitación integral de Teletón
  • Categoría: Institucional/Concurso
  • Fecha: año 2021
  • Superficie proyectada: 1686 m2
  • Equipo de Proyecto: OMCM, SD+A, Matias Ortiz, Maria Paz Chamorro & Sebastian Domanizcky
  • Colaboradores: Guido Villalba, Mauricio Paiva, Camila Sosa & Belen Martinez

Memoria

Una sombra en la ciudad

A la hora del desarrollo de la idea del proyecto. Siempre se ha pensado en la idea de que todo edificio construido es necesariamente un fragmento de ciudad. Y que su condición construida repercute en la manera en cómo la misma es habitada.

Tanto así que recovas, galerías, pórticos, basamentos (como el Hotel Guaraní) u otros elementos arquitectónicos, han definido y configurado la manera de habitar el espacio en la ciudad. La sombra urbana de los edificios privados, constituyen y han constituido siempre una condición de mejora al espacio público, posibilitando encontrarnos bajo la sombra, conversar, comerciar, intercambiar, juntarnos, jugar, inventar maneras de entender la realidad, como la filosofía estoica (de ahí su nombre) de la grecia clásica divulgadas en las estoas (que se traduce como “pórtico”), en síntesis, construir nuestra noción de la realidad, constituir una sociedad a partir de tener las condiciones necesarias para hacerlo.

La apertura pública de un concurso para una institución privada, sugiere nuestra obligación como arquitectos, de presentar un edificio que muestre sensibilidad a la ciudad, al espacio público y a su necesidad de sombra. Un edificio poroso, accesible, permeable, inclusivo, que nos permita volver a encontrarnos y sobre todo romper toda brecha social, signo, etc. que solo nos divide como sociedad.

El carácter del Centro de Rehabilitación Integral Teletón (CRIT), por tanto será de un profundo compromiso con sus usuarios directos, sus familiares y la sociedad.

CRIT - La construcción del Sentido

La gran pregunta sobre lo que debemos construir. Será un edificio alto o bajo, compacto o dilatado, flexible o rígido, ligero o pesado, etc. Más nuestra respuesta nunca ha de ser la forma caprichosa, ruidosa, narcisista. Sino el de la comprensión de la forma como consecuencia de un análisis profundo sobre el sitio, el lugar, la ciudad, el usuario, la función, los requerimientos técnicos, la lógica constructiva, el clima, la sostenibilidad,etc. Una arquitectura silenciosa, que escucha primero y luego habla.

Un edificio sin murallas

Nunca es fácil para una familia asimilar que un familiar suyo presente una dificultad, y es natural al principio experimentar negación, en el intento difícil de borrar tal condición. Humanamente, nadie desea experimentar momentos difíciles, y aceptar una realidad no deseada sobrepasa cualquier escala de dolor. Es la Familia al principio quien sostiene, abriga, comparte y aligera nuestros miedos y angustias, que permiten afrontar la realidad, aceptarla y sobre todo compartirla con profesionales del medio. Una REHABILITACIÓN que no es solamente física, sino emocional, afectiva. Una familia fuerte es un niño ESTIMULADO a progresar , a crecer, a seguir, a eliminar los miedos e incógnitas.

El centro de rehabilitación, nos permite compartir no solamente con profesionales capacitados que fortalecen físicamente al niño, sino que el encuentro con otras familias, el compartir una misma condición, el sentirse apoyado, experimentar progresos, generar lazos nuevos de amistad, es el colchón necesario que aligera las caídas, cobija y es la UNIÓN que Fortalece y estimula a continuar.

Sin duda, no es fácil atender y expresar todo esto con materiales constructivos. Más los arquitectos, podemos proveer las mejores condiciones que sin desentenderse simplemente la condición funcional y técnica (que claro es importantísimo) pueda ser capaz de generar cobijo en donde las familias se puedan encontrar, compartir, fortalecerse. Un edificio en donde los muros de cada dependencia son flexibles pueden abrir y conectarse, abrigando nuevas relaciones, en donde los niños puedan conocerse, generar nuevos lazos.

Eliminando así la estimulación individual, porque entendemos que esta carrera no se la gana en solitario.

La estimulación física, social, y psicológica tanto de niños como de familiares, se potencia con la tranquilidad de un entorno verde con árboles, sonidos de animales, sonido del agua cuando llueve, la luz, el viento... Más estas experiencias solo son posibles cuando el abrigo de ellas está garantizado (abrir ventanas sin mojarse, protegerse del calor,etc.). Dada nuestra condición climática local, nuestros antepasados ya entendieron que el corredor perimetral, peristilo o corredor jeré, permite estar en conexión con la naturaleza bajo la protección de un techo, una sombra. Que reinterpretada en la propuesta, garantiza un cobijo para todos.

El sentido de la forma entonces, no es un capricho, es una decisión pensada y analizada en la búsqueda constante de atender a la mayor cantidad de factores. Un edificio que cumpla con todos los requerimientos técnicos que se necesiten, pero que además represente cobijo y vínculo, que potencie relacionamientos tanto para el niño y las familias. Y por qué no, que nos permita compartir nuestra alegría de un nuevo niño rehabilitado.

Antecedentes

El CRIT central de Asunción, nos ha enseñado que la rehabilitación física y emocional adquiere su significado más holístico cuando es pensada desde los elementos que conforman el espacio, donde día tras día se trabaja incansablemente para lograr la mejoría de los niños. El cambio en dicha ocasión pudo llegar desde los escombros y la imaginación, una oportunidad en la crisis que logró generar un impacto positivo en la memoria de quienes lo viven y lo visitan. En casos icónicos como éstos (virtudes y defectos a un lado), la arquitectura logra exponer su faceta más humana cuando se propone la idealización de un mundo mejor para todos. Es la utopía la que nos hace caminar hacia delante.

Proyectar un pabellón flexible, se convierte en un desafío interesante que exige replantear cuestiones que hacen a la arquitectura convencional y tradicional con la que muchas veces se resuelven programas públicos de gran impacto. En este caso, necesidades muy especiales y fundamentales de niños y adolescentes que precisan de todas y las mejores herramientas a nuestro alcance, que nos permitan ofrecer una mejor calidad de vida. Es una responsabilidad colectiva que como sociedad civil nos corresponde asumir desde donde nuestras habilidades y posibilidades lo permitan.

Sobre el proyecto

Sin un sitio aún definido más que por ciertos parámetros de superficie estimada, una planilla de necesidades y recursos limitados (banco de materiales de por medio), nos vemos desafiados a imaginar una estrategia que se adapte de la mejor manera a la mayor cantidad de circunstancias posibles. Esta encrucijada nos llevó a imaginar un módulo estrictamente flexible que resuelva cobertura, cerramientos laterales y suelo, el cual pueda reproducirse serialmente hasta alcanzar la resolución de los programas de uso, hasta incluso, de una manera gradual o por etapas.

Proponemos entonces, un -módulo maestro- que se compone de cuatro apoyos puntuales, soportes regulables, caños y perfiles metálicos livianos, combinados con la utilización de madera multilaminada y tirantería local, fáciles de transportar y ensamblar. El diseño modular propuesto posee una geometría básica de proporciones adecuadas que facilitan el equipamiento y la circulación.

Mediante la adición de estos módulos, buscamos unificar los bloques programáticos bajo un mismo y gran techo, análogamente a la función protectora y benefactora que ejerce la sociedad en cada maratón de noviembre, dando sombra, ventilación y frescura a las actividades que se desarrollarán en el recinto, con el objetivo de lograr espacios adecuados y adaptados a nuestro clima.

Cada módulo maestro cuenta con una cobertura metálica impluvium que colecta y conduce las aguas de lluvia a un/unos reservorio/s pluvial, permitiendo un reciclaje líquido para cisternas, regadío y usos compatibles. Cada módulo cuenta también con una claraboya central de material translúcido o transparente (pudiendo ser vidrio, acrílico o policarbonato) que permite la toma de aire y luz natural, necesarios para el confort interior.

Sobre la implantación y el tipo arquitectónico

La propuesta plantea solucionar una tipología constructiva que resuelva estratégicamente diferentes escenarios territoriales, exponemos al menos 3 versiones de cómo ensamblar los módulos maestros:

BARRA, que corresponde a terrenos lineales, con un frente estrecho o apaisado sobre la vía pública.

COMPACTO, que corresponde a terrenos de cuadrados, o de similar medida en ancho y largo.

IRREGULAR, que corresponde equivalentemente a terrenos de dimensiones irregulares, o que presente vegetación o construcción existente que se desee incorporar.

A partir de la condición sine qua non de acceso desde la vía pública (parada de bus, acceso peatonal y vehicular) se organizan los programas desde lo más público a lo mas privado, pasando por las áreas de servicio, administrativas y terminando en los programas especiales y de terapias.

Hemos verificado que 1.500 metros cuadrados pueden resultar insuficientes al momento de explayar el conjunto de ambientes requeridos para la correcta implementación del programa, puesto que dicha superficie es prácticamente consumida por los espacios cubiertos, obviando que existe una plaza de estacionamiento vehicular y accesibilidad pública que deben incorporarse armoniosamente al esquema. Con esto sugerimos que se considere la posibilidad de aumentar las dimensiones del terreno a ser adquirido por la institución en un futuro.

Continuando con la idea de desmontar, flexibilizar, integrar o separar según las necesidades que van variando con el transcurso del tiempo, planteamos una arquitectura dinámica cuyos cerramientos pudiesen plegarse, apilarse, pivotar o desplazarse. Experimentar con espacios versátiles y cambiantes que estimulen los sentidos de aquellos niños y adolescentes que se encuentren en proceso de rehabilitación.

Buscamos ubicar los programas con mayor superficie y con carácter público como el SUM, La fisioterapia y el área de espera y comedor de manera a que una vez que se pliéguenlos cerramientos logren conformar un espacio único que albergue las múltiples actividades con una mayor convocatoria de personas.

Sin dudas, esta experiencia CRIT redundará en beneficios para todos aquellos que se vean involucrados en este proceso de constante aprendizaje y evolución que tiene a su cargo, la integración y la mejora de calidad de vida de toda la sociedad en su conjunto.